There is no game: Tonto el que lo lea


No tenemos juego y, por lo tanto, tampoco reseña. No siga leyendo, porque no hay nada que leer. Quizá haría bien en apagar el ordenador e ir a darse una vuelta con sus amigos, quedar para ver una película en el cine o simplemente abrir un libro junto a una tacita de café caliente. En serio, puede cerrar ya la pestaña, esta vez no tenemos un Artcade para comentar y recomedarle, porque There is no game (Kamizoto, 2015)  no es un videojuego, ni siquiera pierda el tiempo en pinchar en el enlace al final del texto, ¡no es un juego!

¿Sigue ahí? Ya sé que esperaba que le diese unas cuantas pinceladas sobre un indie desconocido, a lo mejor, que le explicase la importancia del metalenguaje del videojuego, síntoma sin duda de la madurez artística del medio. Me hubiese gustado encontrar un título gratuito en alguna Jam de Construct2, que partiese de una premisa similar a la de Depict1 (Kyle Pulver, 2010), con el engaño como tema principal y la psicología inversa como parte de la narrativa. Es una pena que There is no game no parta de una estructura semejante a la de The Stanley Parable (Galactic Cafe, 2013), con un narrador omnisciente al que llevarle la contraria y saciar así la curiosidad por el camino oculto, en busca de un libre albedrío que en realidad solo es ilusión. ¡Váyase! ¿A qué espera? ¿Cree que no me hubiese gustado encontrar un título cuya historia disruptiva me recordase a Portal (Valve, 2007) y su The Cake is a lie? Ya sé que es una decepción.

No se cansa, ¿eh? Entiendo lo que pretende, sigue leyendo cada párrafo con la esperanza de que, quizá en esta ocasión, le diga de una vez por todas que la introducción era broma, que en realidad There is no game es un juego muy particular que le desconcierta con cada interacción con el escenario. Como si fuese uno de esos títulos que le sorprenden a cada paso o le sacan una carcajada o una sonrisa cómplice. De esos que aprecia porque le hablan directamente a usted, porque rompen la cuarta pared y dejan guiños que solo un jugador experimentado puede captar. Se lo está imaginando, ¿verdad? Da igual lo que le diga, porque usted es un testarudo y ha entrado aquí para leer y jugar una partida a un título original y gratuito. Seguro que ya tiene decidido pinchar en el enlace aunque le asegure que al otro lado no hay nada. Allá usted, pruebe a ver qué pasa, ¿qué puede perder? ¿15 minutos? Claro que sí, la esperanza es lo último que se pierde, puede que llevarme la contraria sea su mejor decisión esta semana.

JUÉGALO SI PUEDES EN: Newgrounds

OBSERVACIONES:

– ¡No es un juego! Aunque estuviese en inglés sería lo de menos.

– The Goat is a lie