Pix Hop: La supervivencia del pixel


Martes. Por fin volvemos a la carga con un nuevo Artcade. Empezamos una temporada en la que esperamos y deseamos que os gusten los suculentos títulos que os recomendaremos y que se disfrutan cómodamente desde el navegador. Sin descargas, sin demoras y en un medio de distribución gratuito que vio nacer, por ejemplo, a uno de los grandes indies de los últimos años: Thomas was alone (Mike Bithell, 2010), título que originalmente estaba pensado para reproducirse en Unity a través del navegador. La calidad de la obra de Mike Bithell no tardó en poderse jugar en otras plataformas con más visibilidad, un aspecto que demuestra que las etiquetas HTML y Flash pueden albergar obras trascendentales y perennes del sector.

Hoy os hablamos de Pix Hop (Abdullah Alsayed, 2016), que toma como referencia a Bithell en la simplicidad de las formas y el diseño, volviendo a demostrar que el minimalismo y la simbología extrema no influye peyorativamente en la diversión. En esta ocasión, controlamos un pixel que debe desplazarse por unas plataformas para conseguir el mayor número de puntos. Los ítems van apareciendo paulatinamente en pantalla y variando su posición al azar. Si no los dejamos escapar, se nos recompensa con un multiplicador de puntos equivalente a la cadena que logremos, lo que nos permite aumentar así exponencialmente nuestro marcador final.

Para desplazarnos dispondremos de tres configuraciones posibles: cursor, gamepad o ratón. Podemos movernos de izquierda a derecha e incluso saltar o rebotar aprovechado las paredes. Este último aspecto es indispensable para alargar la partida, porque optimiza la trayectoria y nos evita caer en los vacíos que se generan de forma espontánea y aleatoria.Un apunte: en realidad no movemos el pixel, sino el escenario, balanceándolo al estilo de lo que hacía LocoRoco (SCE Japan Studio, 2016) cuando presionábamos los gatillos de la PSP.

Pix Hop, bajo esa nimia apariencia, esconde una curva de dificultad endiablada. Por si fuera poco esquivar la muerte al perpetuo compás que marca la música, existen otros peligrosos en forma de bombas lapa, láseres y proyectiles que nos complican la vida. A medida que mejoramos la puntuación, tendremos menos base para apoyar nuestro pixel y, por lo tanto, más sencillo será acabar en el mar que representa nuestro game over. Una cosa es cierta: cuanto más jugamos, más capaces somos de reconocer qué arma usarán nuestros enemigos pixelados. El color los identifica, siendo siempre el mismo dependiendo de su rol malévolo en la partida.

El título de Alsayed funciona con fluidez bajo un diseño efectivo en el que predominan el fondo en negro y las líneas blancas que delimitan las formas y el escenario de juego. Su banda sonora se compone de un único tema electro que el creador ha extraído de la web www.playonloop.com, la cual ofrece temas originales sin royalties.

Un detalle que demuestra lo inteligente y práctico de esta obra es que hace de la limitación su mejor referencia, con gráficos que nos remiten irremediablemente a clásicos como Pong (Atari, 1972) o Space Invaders (Taito Corporations, 1978), pero con una propuesta muy alejada en lo jugable. Sin grandes florituras, Adullah Alasyed consigue un original título de corte arcade que bien se merece esa T intercalada para entrar en esta sección.

JUÉGALO EN: Web oficial de Abdullah Alsayed

OBSERVACIONES:

– Recomendamos que utilicéis el cursor, quizá la mejor forma de controlar el pixel.

– La música es indispensable para jugar, no la silencies.