Endeavor: El esfuerzo del héroe


La esencia de una obra se ve muchas veces reflejada en su propio nombre. No debe ser un título enrevesado, al revés, es aconsejable algo simple y directo. El nombre es importante para el boca a boca, para que fluya con facilidad entre el público. Es tan importante que, su correcta elección, puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso, entre el recuerdo o el olvido. Este aspecto es un peso que, en ocasiones, recae en una sola persona, como sucede hoy con Endeavor (Zillix Games, 2010), título que destaca por la creatividad, la imaginación, el trabajo y el amor que desprenden sus mecánicas y apartado artístico.

Endeavor significa esfuerzo, un sustantivo que resume de principio a fin esta aventura. El título fue íntegramente diseñado por una única persona (Alex Erlandson) durante un mes con el objetivo de competir en una Lurum Dae. 30 días para reunir mecánicas cliché del género de aventuras, para dejarse influenciar por la épica y para, después, bañarlo todo con una estética y una musicalidad retro en la que tanto se fija Erlandson. Endeavor representa el esfuerzo el héroe, pero también del propio autor, este último en su afán por embaucar al jugador con una epopeya muy bien diseñada; una que te atrapa y no te suelta hasta llegar al final.

En Endeavor el protagonista es un enano que recibe una herencia y cuyo destino le empuja en la búsqueda de unas gemas que le permitan abrir un cofre sellado desde tiempos inmemorables. El jugador debe recorrer montañas, cuevas, lagos y estructuras majestuosas repletas de plataformas, lianas y enredaderas. Escondidos en los escenarios, por una lado, hallamos unos frutos que aumentan nuestra resistencia, la cual se agota al saltar, bucear o colgarnos de una cornisa; y, por otro, recogemos unos power ups que, además, nos ayudan a explorar los niveles.

De esta manera, Erlandson crea una experiencia gratificante dentro de un universo pixelado 2D. Endeavor cuenta con unos escenarios sencillos, pero de bella factura, y una banda sonora que varía dependiendo de la intensidad del momento. Parte de la grandeza del título reside en cómo enlaza los niveles laberínticos con el resto de enigmas y seres de fantasía que pueblan el mundo. Las frases que pronuncian los NPC (con lo que podemos interactuar) añaden complejidad a la trama, la cual desemboca en tres finales distintos. La propia narrativa del juego, tras un giro inesperado de los acontecimientos, nos invita a vivirlos todos. Merece la pena el esfuerzo.

JUÉGALO EN: Kongregate

OBSERVACIONES:

– Controles mínimos que se narran en pantalla y que casan con la sencillez del apartado gráfico.

– El juego está en inglés, aunque es igualmente disfrutable.